La enfermedad mixomatosis tiene su origen en Sudamérica. En Australia, los conejos salvajes se habían convertido en una verdadera plaga para los agricultores a mediados del siglo XX. Por esta razón, el virus de la mixomatosis se propagó artificialmente bajo supervisión científica con el fin de reducir la población de conejos salvajes, con éxito.
Un segundo foco de mixomatosis artificial, por otro lado, provocó que la enfermedad se convirtiera en un verdadero problema. En 1952, un médico francés quiso reducir la población de conejos salvajes en su propiedad privada con la ayuda del patógeno de la mixomatosis. Él había creído que la lejanía de su propiedad evitaría la propagación de la mixomatosis. En cambio, la enfermedad se propagó rápidamente. La enfermedad se extendió como una epidemia a partir de ahí a una como una epidemia a partir de ahí a una velocidad de aproximadamente 450 km/año por toda Europa. El patógeno de la mixomatosis no se limitaba a los conejos salvajes, sino que también incluía a los conejos de raza y de casa.
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